La Costa Brava representa los 200 kilómetros de costa rocosa entre la frontera francesa y la población de Blanes. Gracias a su particular morfología de costa abrupta y montañosa, como el Cap de Creus, ha conseguido resistir notablemente bien la presión turística y urbanística de los 60, 70 y 80.
Costa Brava es un topónimo popular marinero que no se traduce en una unidad política o administrativa.
Es una zona históricamente rica y diversa. Desde asentamientos humanos antiguos, como las ruinas ibéricas de Ullastret o el poblado de Empúries, hasta las residencias de Dalí en Púbol y Cadaqués, tiene mucha cultura que ofrecer y incontables actividades para todos los públicos.